La pereza de los recién salidos del lecho y la falta de sueño de los insomnes llegados de la verbena se han mezclado esta mañana en la tradicional Enramada de Segorbe, que hoy traspasa el ecuador de su Fiestas Patronales con la celebración de la festividad de la Virgen de la Cueva Santa.

La jornada festiva ha comenzado a las siete de la mañana con el disparo de bombas reales desde los dos cerros sobre los que se asienta Segorbe, los de Sopeña y San Blas, además de con un prolongado volteo general de campanas de los doce colosos de bronce de la Catedral-Basílica, a cargo de la Asociación Amigos de las Campanas.

Posteriormente ha tenido lugar la tradicional Enramada por la calle de Colón y plazas de la Cueva Santa y del Obispo Ahedo, donde se han dado cita alrededor de 3.000 personas, para ver desfilar a los 7 carruajes y 12 caballos participantes en el desfile.

La Comisión de Toros es la responsable de la organización de este multicolor y popular festejo, en el que  invita a participar a las Reinas, Damas y Cortes de Honor, para lanzar juntos al aire miles de caramelos y bolsas de chuches,  recogidas al caer al suelo  con sana y alegre codicia por el público.

La Enramada es una de las celebraciones más antiguas de la Comunidad Valenciana, aunque actualmente muy pocas poblaciones mantienen viva esta antigua costumbre valenciana que cubre de murta las calles.

Los actos continuaran a medio día con una mascletá en la plaza de la Cueva Santa y esta tarde con una Misa Pontifical y una procesión, entre otros. Chelo Torrejón – Fotos:José Plasencia

JOYERIA ROYO
RODOLFO Y VENTURA