© Muñoz Arnau repasa en Altura la historia de la Virgen de Gracia .-
El pasado domingo, la Villa de Altura celebró el Pregón de Coronación Pontifical de la Virgen de Gracia, en este Año Mariano que está siendo dedicado a la advocación mariana que tantos devotos tiene en esta población palantina. Al mismo tiempo el acto sirvió para bendecir las nuevas campanas adquiridas gracias a las donaciones de devotos, empresas y familias del la población.
El acto, celebrado en la Iglesia Parroquial y diseñado con mucha delicadez y con un esmero especial, fue presentado la inconfundible voz de Javier Ortiz, que dio paso al párroco, Juan Manuel Gallent Olivares, para introducir el acto con unas palabras de bienvenida. Tras esta intervención comenzó el acto en sí mismo.
Así pues, en el altar mayor, bajo la imagen de la Virgen de Gracia con una luz focalizada en su rostro, se disponía el pregonero, Juan Andrés Muñoz Arnau, junto a la soprano, Gracia Valdeolivas, y el tenor, David Montolío. Ellos fueron los encargados de ser la voz de la Madre y Patrona de Altura.
Asimismo, el acto transcurrió alternando las voces de los cantantes con la del pregonero además, cabe destacar que la buena acústica del templo alturano ayudó a escuchar las voces de los cantantes con una claridad y una emoción sobrecogedora. Sin embargo, la voz que también estremeció a los alturanos presentes fue la del pregonero, Juan Andrés Muñoz Arnau, que hizo un recorrido por la imagen de la Virgen de Gracia, desde sus orígenes, hasta sus logros, pasando por su descripción y su historia.
Las intervenciones del pregonero, un hombre íntegro, creyente y admirador de su pueblo, destacaron por su orgullo por la Villa de Altura y su devoción por la Virgen de Gracia, llegando a interrumpir su discurso debido a la emoción e incluso, en ocasiones, cortándose la voz de su propio discurso. De la misma forma, a medida que avanzaban sus intervenciones, los sentimientos de los asistentes a la Iglesia Parroquial, la cual estaba llena hasta la bandera, fue en aumento, llegando a provocar emociones de distinta índole, bajo el foco de la Virgen de Gracia.